GASTRONOMÍA | RISOTTO ELEMENTAL

Gastronomía Noviembre

Lo único que en la gastronomía italiana podría considerarse más típico que la pizza sería el risotto, que, igual que ella, tiene una gran variedad de presentaciones para todos los gustos. Los hay de cuanta cosa se consigue en el supermercado: que si de champiñones, que si de pollo, de chorizo, de espinacas, de mariscos, de camarones, de queso parmesano, de queso mozzarella, de cuatro quesos, de tocineta, en fin, de lo que se nos antoje.

En esta edición de Unicentro Contigo les vamos a enseñar a hacer el risotto básico, que, aunque tiene queso parmesano, bien puede considerarse el punto de partida para añadirle lo que quiera, aunque así solo, sin nada más, queda delicioso.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONASRisotto Elemental

  • 300 g de arroz
  • 600ml de caldo (carne o pollo)
  • 4 cucharadas de mantequilla
  • 50 g de queso parmesano rallado
  • 1 cebolla – azafrán molido
  • sal

PREPARACIÓN

Primero pelamos y picamos muy fino la cebolla. Echamos dos cucharadas de mantequilla en una cacerola hasta que se derrita, en la que pondremos la cebolla y la mezclaremos hasta que quede brillante.

A continuación añadimos el arroz y removemos para que se tueste un poco. Cuando haya pasado un minuto agregamos un poco más de medio litro de caldo de pollo, reservándonos más caldo por si necesitamos añadir más. Ahora se cocerá el arroz, y esto dependerá del tipo que hayamos elegido. Podemos usar arroz especial para risotto, pero igual viene bien cualquiera de las presentaciones que aparecen en el aviso de Coagronorte, con la seguridad de que les quedará de maravilla. Lo dejamos al fuego unos 15 o 20 minutos, hasta que desaparezca el caldo, y acá viene el secreto mágico: deje que el arroz se haga con la tapa puesta pero mal colocada, de modo que quede un pequeño hueco, y si se acaba el líquido sin que esté hecho el arroz vaya añadiendo más. Una vez hecho el arroz añadimos medio vaso del caldo que tenemos en reserva, y echamos el queso elegido, un poco más de mantequilla, la pimienta y sal. Removemos todo y tiene que quedar un poco caldoso. Lo dejamos a fuego lento hasta que quede pastoso, pero sin pasarse, porque luego puede ser poco comestible.

En este último paso bajamos aún más el fuego, hasta que tenga la consistencia que buscamos. Si se ha quedado muy caldoso es cuestión de esperar a que se evapore el líquido, y si es demasiado espeso añadimos más caldo o agua.

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