La receta que traemos para esta edición es quizá la más sencilla que hayamos presentado en la revista, pero no por ello es la menos importante porque si hay un plato transversal a todos los colombianos es el chicharrón de cerdo. Tan transversal que, en Colombia, por ejemplo, lo sirven a cualquier hora del día, ya sea en la mañana para el desayuno con arepa y chocolate, o para el almuerzo y comida como plato acompañante. Ah, y es la delicia para chicos y grandes.
A algunos no les importa si se lo sirven crocante o “cauchudo”, con tal de que sea chicharrón y se lo sirvan con buena yuca o arepa. Lo que sí parece que se está volviendo requisito es que esté bien “carnudo” y que tenga el cuero lo más crocante posible.
Unas personas lo fríen en puro aceite para cocinarlo más rápido, pero de esta forma que queda con mucha más grasa de la que ya tiene y la poca cantidad de carne que tiene se encoge, dejando más que todo el “gordo” del tocino.
La técnica que sugerimos es muy sencilla: utilizamos bicarbonato de sodio para que quede bien crocante. Hay personas que solo se lo untan al cuero y luego lo enjuagan completamente antes de cocinarlo. Sin embargo, es mejor untárselo a todo el chicharrón, cuero y carne, y no enjuagarlo antes de cocinarlo para que salga más crocante.
Pruébenlo así y nos cuentan.