EN LA NUBE | OJO CON LAS FOTOS

No hay peor error que subir a la nube fotografías nuestras que sean sexualmente explícitas o sugerentes. Recuerde que la forma de hacerlo puede ser mediante un correo, chateando o utilizando cualquiera de los medios electrónicos de comunicación que a menudo utilizamos. El 90% de estas imágenes invariablemente terminan en poder de algunos de los miles de sitios web porno parásitos que se dedican a la pesca de ellas con toda clase de fines.

Tenga la seguridad de que esa fotografía que usted ingenuamente se tomó mostrando alguna parte de su cuerpo para complacer una petición de su pareja, le podrá salir muy cara dentro de un mes, o dentro de uno o diez o veinte años. Esas se convierten en fotos eternas porque usted no las puede eliminar, así que cuando menos lo espera aparecen causándole serios daños a las nuevas circunstancias en que usted vive o labora.

El importante diario inglés The Guardian revela que un estudio de la IWF, que es la Fundación de Vigilancia en Internet, el 88% de tales fotos se convierten en insumo para páginas pornográficas, solo con el propósito de contar con abundante material. No importa si la persona es bella y estilizada, cualquiera sirve para los fines sucios de las páginas parásitas. De manera que todos somos susceptibles de aparecer allí si no tomamos la precaución de no enviar jamás una foto caliente.

La IWF analizó 12.224 imágenes y videos publicados durante 4 semanas y encontró que al tercer día de haber sido enviadas entre los amantes 10.776 de ellas ya habían sido puestas en algunas de las 68 páginas porno monitoreadas.

Deberíamos saber que una vez una foto está disponible en formato digital ya deja de ser nuestra, escapa totalmente a nuestro control. Hace pocos años fue noticia el suicidio en Canadá de Amanda Todd por el bullying de que había sido víctima por una foto que apareció en el muro de Facebook de un desconocido, la cual se había tomada cuando tenía escasos 12 años de edad mostrándole los senos a su novio.

Claramente se hace necesario educar para la vida digital, y esto es importante hacerlo con nuestros hijos pequeños, quienes seguramente ya tienen celular y por ese solo hecho ya están expuestos al peligro. Pero no son solo niños las víctimas, igual los adolescentes y muchas personas mayores que desconocen el riesgo de incursionar sin ropa en el mundo digital.

Como decíamos anteriormente cuando menos se piensa salta la liebre en forma de fotografía bochornosa y queda uno expuesto a una situación muy desagradable de la que es muy difícil – si no imposible – salirse.

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