EDITORIAL | LECCIONES

Todos hemos aprendido sobre muchas cosas en estos difíciles tiempos de pandemia. Han sido lecciones inolvidables sobre cosas y temas sobre los que pasábamos por encima, sin hacernos la más mínima reflexión. La vida nos ha hecho experimentar en carne propia con un aprendizaje, para muchos fuerte y doloroso, que difícilmente olvidaremos por el resto de nuestras vidas.

Ha habido enseñanzas muy positivas en el terreno empresarial, casos admirables de resiliencia y generosidad con los trabajadores, de desarrollo tecnológico en el mundo digital para hacer compras y pagos por internet facilitándole la vida a la gente. Pero igual se han dado algunas otras que producen gran vergüenza, como lo ha sido ver a funcionarios haciendo negocios indebidos con dineros públicos, lo cual siempre ha sido imperdonable, pero lo es aún más en tiempos de pandemia, que es cuando se supone que deberíamos estar dando lo mejor de nosotros como seres humanos.

La pandemia está hasta ahora comenzando, dijo el virólogo Christian Drosten, científico de referencia y asesor del gobierno alemán en temas del COVID-19, quien advirtió hoy que la pandemia no ha hecho más que empezar, al tiempo que instó a “cambiar cosas” para poder afrontar la situación en los próximos meses.

Editorial “La pandemia de verdad llega ahora. Como mucho, podemos hablar de las lecciones de la primera ola en Europa”, en la que las diferencias han sido enormes, dijo en una entrevista para la Cumbre Mundial de la Salud que se celebrará del 25 al 27 de octubre en Berlín en formato semipresencial debido al coronavirus. Con esto no sabemos entonces si estamos finalizando o comenzando la crisis.

Según el alemán, el éxito de su país en el manejo de la pandemia no se debe a que tenga mejores médicos o equipos de atención sino a la proverbial disciplina social del pueblo y a que han sabido anticiparse a la ola de contagios, en otras palabras: a su proactividad.

En esto reside la diferencia con nosotros los latinos, quienes podremos tener los mejores médicos, pero tenemos un pueblo que se niega a creer que el mundo cambió y que tenemos que hacer varios ajustes en nuestra forma de vivir. Hay que recordad acá que los dinosaurios se extinguieron por su incapacidad de adaptarse a los cambios. Seguramente era muy sabroso el mundo de antes y nos resistimos a abandonarlo. Por mucho tiempo persistirán los rezagos de la vieja cultura muy nuestra, donde “la justicia es para los de ruana”. Lo vemos a diario.

Carmen Elis Ortiz Caselles

Gerente General

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