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Percepciones

En una edición anterior de Unicentro Contigo c o m e n t á b a m o s acerca de los otros sentidos que debemos desarrollar y que bien podemos calificar como de “sociales” por tratarse de aspectos fundamentales para nuestro relacionamiento con los demás. Nos referíamos al sentido del buen gusto, de la oportunidad, del humor, etc.

Esta vez nos remitiremos a otros sentidos biológicos, estos sí innatos, como la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato, que igual nos dejan percibir y analizar el mundo que nos rodea. Estos otros sentidos son comunes a todos nosotros, los tenemos así ni siquiera sepamos cómo se llaman. Es el caso del sentido de la equilibriocepción, que se ubica en nuestro sistema vestibular y es responsable de dos percepciones muy importantes para no caernos: la aceleración angular y la aceleración linear.

La termocepción nos proporciona la capacidad de percibir el calor y el frío a cierta distancia de los objetos o demás seres. En algunos animales los termorreceptores son tan desarrollados que les permiten detectar y anticiparse a cualquier peligro o cazar alguna presa. Este sentido le permitirá a usted, amigo lector, percibir el muy agradable Percepciones cambio en la temperatura ambiente de Unicentro a partir de este mes, gracias a la repotenciación total de nuestros equipos de aire acondicionado.

La propiocepción es el sentido cinestésico que nos permite saber, tener conciencia plena, de la posición relativa de las partes de nuestro cuerpo, podemos experimentarlo cuando al cerrar los ojos tratamos de tocar la punta de la nariz con el dedo índice. Igual es apreciable en los futbolistas al momento de calcular un tiro de chilena o de chalaca, también los boxeadores para dar golpes precisos.

El sentido de la cronocepción nos permite percibir el paso del tiempo, lo cual es muy útil cuando no se dispone de reloj, en otras palabras, es como tener un cronómetro interior que nos deja medir y calcular cuánto tiempo llevamos dedicados a una actividad. Es el comúnmente llamado reloj biológico, tan útil para despertarnos sin la ayuda de un timbre. Son tan agradables los ratos en Unicentro que con frecuencia no percibimos las señales que nos envía este sentido.

La nocicepción puede considerarse como la percepción de lo nocivo y es un proceso neuronal que identifica y codifica los estímulos potencialmente dañinos para nuestro cuerpo. De este sentido depende el umbral de dolor que manejamos gracias a los nocirreceptores que tenemos regados por todo el cuerpo.

La interocepción es el sentido de las sensaciones que percibimos como señales que nos envía el organismo. Así sabemos que algo no vendrá bien con nuestro estómago, por ejemplo, o algo no anda muy bien con nuestros pulmones o garganta. Este sentido funciona con microsensores, los cuales normalmente están “apagados”, encendiéndose sólo ante un estímulo específico. Si no fuera así, percibiríamos todo el tiempo el aire entrando en nuestros pulmones, los latidos del corazón y la sangre corriendo por nuestras venas, y muy probablemente nos harían la vida insoportable.

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