REFLEXIÓN | EXAMEN PARCIAL

Todos hemos estado sometidos a diferentes presiones por cuenta de la terrible pandemia provocada por el virus originado en China. Presiones económicas, por la parálisis total de la economía que ha congelado virtualmente a todas las actividades humanas de carácter productivo. El desempleo golpea como nunca los ingresos familiares y con ello se contrae la demanda de toda clase de bienes y servicios.

Por si esto no fuera suficiente, en algunos casos el hecho de mantener forzosamente encerradas a las personas hace que después de algunos días sobrevenga la incomodidad, el hastío y la neurosis, afectando la convivencia familiar y las relaciones de pareja. En muchos casos con extrema dificultad nos soportamos confinados todo un día y noche y semana tras semana en la misma situación.

Pero también nos llega una presión sicológica producida por la avalancha de noticias de todo tipo – especialmente las falsas – con que nos inundan la televisión, el internet y la radio. 

A cada momento nos llega una explicación seudocientífica de la pandemia, un remedio casero, unas cifras estadísticas escandalosas, en fin, un maremágnum de información que nos presiona, nos confunde y nos pone nerviosos. Por fortuna en las grandes pandemias anteriores, como la Gripa Española, no existían las redes sociales y la internet pues, de lo contrario, las víctimas habrían sido unos cuantos millones más. 

Cuando más nos sentimos presionados por ese tsunami noticioso es inevitable que nos pase por la cabeza la idea de la posibilidad de que estemos cerca del fin del mundo y con ello nos llegue la hora del llamado a juicio final. No creemos que así será, al menos no todavía…… pero, por si acaso, acá le ayudamos a ir preparándose con un útil examen parcial para enfrentar la gran prueba final. Respóndase íntimamente las siguientes preguntas.

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¿Qué es lo que más lamenta haberse perdido en esta vida?

¿Qué considera que fue lo más agradable de vivir?

¿Cuál fue la ciudad o lugar más bello que conoció?

¿Tuvo un propósito su vida? ¿Lo cumplió?

¿Qué cosa realmente importante le queda pendiente?

¿Cuál es su mayor arrepentimiento?

¿Si sobrevive, qué cambio drástico hará a su vida?

¿Repetiría su vida tal cual la vivió?

¿Cómo trascenderá?

¿Cuál fue su mayor logro?

¿Cuál fue la experiencia más impactante que tuvo?

¿Qué miedo, complejo o vicio lo derrotó?

¿Qué le hizo más feliz: amar o ser amado?

¿Le quedan muchas cosas por decir?

¿Le quedan muchas cosas por hacer?

¿Hizo buen uso de su libertad?

¿Qué lo sedujo y dominó más: sexo, dinero, poder?

¿Qué fue lo mejor que dio de usted?

¿Cómo fue su relación con sus padres e hijos?

¿Rompió algunos corazones?

¿Cuál fue la canción más bella que escuchó?

¿Dejó sin confesar algún amor?

¿Cuál instrumento musical le agradó más?

¿Qué fue lo más agradable que dijeron de usted?

¿Qué lo enoja más? 

¿Qué le generó más críticas y rechazo?

¿Qué le dio más placer?

¿Fue creyente de alguna religión?

Esta puede ser una ayuda de memoria muy útil para que no olvidemos lo valiosa que es nuestra vida y la de los demás, para recordar los agradable que ha sido nuestro tránsito vital y, especialmente, para introducirle a nuestra vida los ajustes que sean del caso.

Luis Raúl López M.

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