EL INMORTAL | DURO DE MORIR

Al parecer la despedida final del Volkswagen Beetle será tan dilatada como la de algunos circos de pueblo o cantante famoso, tipo Vicente Fernández. No es para menos, se trata del vehículo más popular y querido de los últimos ochenta años (81 para ser más exactos). La última planta que lo producía era la de Puebla, en México, y dejó de hacerlo la segunda semana de noviembre pasado.

Resulta por lo menos curioso que el vehículo más amado haya tenido su origen en una orden impartida por el hombre más odiado del mundo. A mediados de la década de los años 30 del siglo pasado el führer Adolf Hitler se asesoró de Ferdinand Porsche y propuso (ordenó) construir un carro popular, así en 1938 de la planta de Fallersleben salió el primero de los casi 25 millones de escarabajos que habrían de producirse en el mundo.

En Alemania inicialmente se llamó KdF-Wagen (Kraft durch Freude Wagen, «El coche de la fuerza mediante la alegría) pero se popularizó como Käfer (Escarabajo), en los países de habla inglesa, fue vendido como Beetle, mientras que en Francia y otros países francoparlantes fue denominado Coccinelle (Mariquita); en México le decían Vocho y en Brasil Fusca. No son pocas las películas en las que el escarabajo ha sido el protagonista, destacándose entre ellas Cupido (Motorizado, Enamorado, etc.), Herbie, Love Bug y varias de muñecos animados.

Su producción ha tenido varias interrupciones, la última en 2003 para dar paso al nuevo Beetle, mucho más moderno y elegante, aunque sus fans preferían le versión ruidosa original por su capacidad para subir calles muy empinadas y la facilidad con la que se le hacían reparaciones. Esa fidelidad de los clientes fue la que hizo que la planta de Puebla, México, continuara produciéndolo pese a que había sido descontinuado en 1980 en la planta de Wolfsburgo y en el resto del mundo.

Lo que nos hace creer que no se trata de un adiós definitivo sino de un simple hasta luego es la respuesta que dio Henrich Woebcken, presidente de Volkswagen para Norteamérica, cuando le preguntaron por una posible resurrección del escarabajo dijo: “Nunca digas nunca”, con lo que  dejó abierta una puerta para la esperanza de los fanáticos del «escarabajo».

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