EDITORIAL | PEDAGOGÍA PENDIENTE

Cada vez que se nos anuncia una reforma tributaria los ciudadanos entramos en pánico, particularmente los comerciantes y los industriales, precisamente quienes movemos la economía con los salarios que pagamos a nuestros empleados.

Esta vez es un pánico agravado por el interés del gobierno en recuperar lo más pronto posible lo gastado en la atención de la pandemia, como si eso no hubiera sido lo más importante para toda la población colombiana, por encima de la construcción de infraestructura y cualquier otra inversión que ente las circunstancias resultaba intrascendente.

Ahora todo nos parece muy preocupante, comenzando porque se trata de la tercera reforma tributaria en un solo periodo presidencial, lo que refleja una escandalosa inestabilidad e improvisación en una materia tan importante como la tributaria. Se nos insinúa que desaparecerá uno de los tres tramos del IVA quedando solo los niveles cero y diecinueve, lo que sugiere que muchos productos – especialmente de la canasta básica y la gasolina – sufrirán una fuerte alza al 19%, lo que no parece, para nada, justo habiendo pasado por una parálisis casi total de la economía.

Recordemos que la reforma tributaria del 2016 que subió el IVA al 19%, determinó un frenazo en la economía lo que llevó a un crecimiento del PIB del 1,8% y el sector comercio en el 0,9% el peor desempeño de la última década. Si sumamos el impuesto de renta, otros impuestos como el 4X1000, el industria y comercio, las contribuciones parafiscales y de seguridad social y cargas a la nómina, Colombia bien puede alcanzar una tarifa del 70% de tributación, lo cual es absurdamente exagerado en el contexto de las demás naciones.

En esta edición reproducimos una nota sobre las siete mayores preocupaciones de los comerciantes del país respecto de la reforma, la cual compartimos en su totalidad. El consumo interno de los colombianos se verá reducido en grado sumo porque antes de comprar lo que necesitan tendrán que atender sus obligaciones con el fisco.

Como si no fuera suficiente expoliación se anuncia también la creación del impuesto de IVA a la gasolina, lo que tiene un efecto muy regresivo sobre todos los niveles y sectores de la economía. Estamos pues ante un momento crítico que bien podemos evitar ejerciendo nuestro poder ciudadano ante quienes viven y se repiten gracias a nuestro voto. Esa es una pedagogía pendiente y urgente que nos ayudará a tener un país mejor.

Carmen Elisa Ortiz Caselles

Gerente General

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