EDITORIAL | ALMA, CORAZÓN Y VIDA

Es muy temprano para entrar a intentar vaticinar lo que le puede suceder a la economía colombiana con el gobierno próximo a iniciar. Como sucede con todas las nuevas administraciones, a la gente pareciera importarle más saber quiénes serán las caras nuevas en los ministerios e institutos que conocer a fondo cuáles serán las políticas a seguir por parte del gobierno que comienza.

Dentro de unos pocos meses se habrán olvidado las promesas de campaña y empezará en firme la administración entrante a mostrar su talante y su tono. El peor error que podemos cometer es paralizarnos a la espera de que ello ocurra, este pueblo trabajador e ingenioso es el que debe marcar la nota y el compás. Ya lo dijo Jorge Eliécer Gaitán con gran acierto: el pueblo es superior a sus dirigentes.

Así las cosas, debemos saber que solo cambiará, para bien o para mal, lo que nosotros queramos y hagamos que cambie en este país. Alguna vieja publicidad en televisión de una cerveza decía: “toma de la vida lo mejor”, ese derecho a la libre elección debemos cuidarlo celosamente. Seguramente vendrán cambios muy necesarios y estos serán bienvenidos, pero aquellos que solo obedecen a razones de ideología no solo trasnochada sino comprobadamente fracasada en el mundo entero, tendremos que evitarlos a toda costa.

Abundan en el planeta los ejemplos de estos últimos, y no parecería políticamente correcto que una nueva administración quiera acá repetir los protuberantes errores que hemos visto en los vecinos.

Un período de cuatro años puede resultar muy corto o demasiado largo por la cantidad de cosas buenas o malas que puede hacer un presidente, mientras que el sector privado no tiene periodos, todos los días de todos los años tenemos que trabajar cada vez con mayor ahínco y pasión, con gran creatividad. Es eso lo que nos hace crecer y ser más prósperos. Lo importante es que ese crecimiento no puede ni debe tener cortapisas por razones distintas al libre desarrollo del mercado.  

Ahora que se ha vuelto muy común darle el calificativo de “histórico” a todo, bien podemos calificar de histórica la oportunidad que la vida ahora nos da para poner a prueba el material del que está hecha la raza colombiana y su proverbial empuje y emprendimiento para sacar adelante todo lo que se propone. En un momento dado podremos ser engañados, pero nunca doblegados, ese temple es parte fundamental del ADN del alma nacional. De manera que a trabajar en lo que bien sabemos hacer.

Carmen Elisa Ortiz Caselles

Gerente General

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