DE INTERÉS | VESTIGIOS

Ha venido a saberse ahora que no somos descendientes directos de los monos sino de otra rama de los primates, es decir, compartimos los mismos ancestros, pero no somos sus hijos, por así decirlo. Esto lo confirman recientes estudios de paleobiología.  

Nuestra historia evolutiva inicia hace unos 7 millones de años. En ese tiempo por razones climáticas un ancestro común con los chimpancés divergió en dos linajes diferentes. Uno de ellos dio lugar a los chimpancés, Pan paniscus y Pan troglodytes, permaneció en el oeste de África, mientras que el que daría lugar a la humanidad actual evolucionó en el sur y en el este de África. Por ello compartimos el 99% de los genes con los chimpancés. 

El Homo Naledi es nuestro ancestro inmediato

No es posible calcular con exactitud alguna fecha porque la evolución es un proceso que transcurre en forma muy lenta. De ahí que algunos de sus vestigios pueden permanecer mucho tiempo después de que dejan de cumplir una función. Es el caso del bendito apéndice, que muchas veces debe ser extraído cuando se inflama por los dolores agudos que causa.

Esta pequeña prolongación del ciego, como una bolsita pegada al intestino grueso aparentemente sin función alguna en la versión actual del homo sapiens, pero que cumplió un papel muy importante en nuestros antepasados, quienes se alimentaban de hojas y ramas, relacionado con la digestión de la celulosa de las plantas.

Otro vestigio de nuestro modelo anterior son las muelas de juicio, que eran útiles para moler alimentos fibrosos. El coxis es considerado también un vestigio evolutivo que en el pasado contribuyó a mantener el equilibrio. El coxis es el vestigio de una cola que tuvimos y que en el caso de los embriones humanos aparece hacia el final de la cuarta semana del desarrollo embrionario para desaparecer en el inicio de la octava semana. Lo mismo sucede cuando sentimos frío o algún susto y nuestra piel se eriza, eso significa que tus fibras musculares conocidas como arrector pili se están contrayendo en forma involuntaria, lo que seguramente te dará escalofríos. Si eres un animal en su medio silvestre, que se te pongan los pelos de punta puede ser útil, ya que tus pelos pueden atrapar más aire para retener calor. O puedes parecer más grande de lo que eres, lo que podría desanimar a tus predadores, lo que era muy importante y útil en nuestros modelos anteriores pero que hoy día no representa beneficio alguno.

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