CRONICA | UN PUEBLO BELLÍSIMO SALAZAR DE LAS PALMAS

El capitán Alonso Esteban Rangel fundó a Salazar de las Palmas el 4 de noviembre de 1583 y la bautizó así seguramente en agradecimiento al oidor Alonso Pérez de Salazar y a que en esa zona había muchas palmeras esbeltas, de una gran altura y de mucha elegancia, como la Roystonea regia, muy conocida como la palma real.  Pero también se cree que la población se apellida “de las Palmas” porque en ese entonces su famoso río se llamaba Río de las Palmas, tal como fue bautizado por el capitán Diego Montes. El fundador de Salazar de las Palmas viene a ser, por línea paterna, bisabuelo de doña Juana Rangel de Cuéllar, fundadora de San José de Cúcuta.

Una gran parte del municipio, más de seis mil hectáreas, forma parte del Páramo de Santurbán. Dentro de este Páramo y el Bosque Andino colindante se ubica el Parque Natural Regional Santurbán – Salazar de las Palmas, un área protegida de 19.088 hectáreas, la cual abarca grandes partes de las veredas La Amarilla, Pomarrosos, Campo Nuevo Sur, Román, Quebrada Honda-Laureano Gómez, Batatal, Sanguino, Los Andes y Santa Rosa.

El municipio es un importante polo turístico del nororiente colombiano, que por muchos años ha atraído millares de turistas nacionales y venezolanos. Cuenta con una cultura y una narrativa histórica de gran riqueza, entre la que se cuenta la llegada del libertador Simón Bolívar y su hospedaje en el pueblo.

Multitud de mitos y leyendas hacen parte de la cultura salazareña, tales como la de Juana Naranja, que narra la historia de una jovencita que se bañaba en un pozo y vio que bajaba por el río una naranja de oro. La chica se lanzó al agua por la fruta dorada pero nunca más se volvió a saber de ella, se la tragó el río. Quienes conocieron de éste episodio bautizaron el pozo cristalino como Juana Naranja.

Sin embargo, la leyenda cumbre de Salazar gira en torno al tema de la aparición, en el año 1671, de la virgen cuya advocación se conoce como la Virgen de Belén de Salazar de las Palmas. Se cuenta la historia de una joven indígena de la tribu cínera que se encontraba lavando alguna ropa cuando se encontró un lienzo que bajaba por el río con la bellísima imagen del rostro de la virgen, la cual ha sido venerada por millones de creyentes.     

Otra historia relevante de Salazar se refiere al café colombiano, el cual hacia finales del Siglo XVIII entró al país por el Norte de Santander, procedente de las Antillas Holandesas y de Venezuela por la Compañía de Jesús, pues fue el sacerdote jesuita Francisco Romero, párroco de Salazar y dependiente de la Diócesis de Nueva Pamplona, quien se encargó de implantar su cultivo como cuestión de conciencia, para aliviar el reato. El cura Pachito estaba muy bien informado sobre las bondades del bebedizo hecho con café tostado y molido, del porvenir de este cultivo como factor de progreso para la riqueza del país. En el locutorio imponía como penitencia remisoria de los pecados confesados sembrar tantos cafetos según la gravedad de la contravención contra la ley divina o la ley humana, en materia leve o en materia grave. Por los pecados veniales sancionaba con diez maticas y por los mortales, veinte matas y hasta más, suministrando la debida instrucción sobre siembra, trasplante, abonos, sombrío, cogida de cosecha, beneficio, empaque y venta.

El casco urbano ostenta una arquitectura colonial especial de casonas de hasta 500 años de edad. La economía del municipio depende principalmente del cultivo del tabaco, frutas, así como también del turismo de nacionales y foráneos atraídos por la belleza de su río, por su devoción a la Virgen de Belén o por la hermosura de sus montañas.

*Elberto es, a sus 91 años de edad, un cronista de muy agradable y picante pluma, a quien hemos invitado a que nos acompañe ocasionalmente con sus reseñas históricas de la región.

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