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Fulanos
• Perico el de los Palotes. Término
usado en España y Sudamérica. No se
sabe a ciencia cierta de dónde proviene,
pero se han encontrado referencias
en España al chico que precedía a los
Pregoneros tocando el tambor con dos
palotes (baquetas). Los pregoneros eran
personas que al toque del tambor daban
a conocer al pueblo las disposiciones
oficiales.
Las primeras referencias a Perico el
de los Palotes las encontramos en El
tesoro de la Lengua Castellana escrito a
principios del siglo XVII por Sebastián de
Covarrubias. Los palotes se llamaban a las
baquetas para tocar el tambor.
En tanto el tal Perico, según Covarrubias,
es "un bobo que tañía con dos palotes".
El "bobo" que tocaba el tambor estaba
detrás del pregonero, que era quien
efectivamente se quedaba con el sueldo
y las propinas para ambos. En dicha obra
aclara que la expresión se empleaba para
mostrar indignación por el trato recibido
pudiendo así decir el ofendido: "¿Qué
pasa?, ¿que soy Perico el de los Palotes?".
• Mengano también proviene del árabe: man
kān, cuyo significado es ‘quien sea’ y suele utilizarse
(en la mayoría de ocasiones) en segundo lugar y
acompañado de fulano y/o zutano. Además, pueden
llevar otros determinantes: “A ese fulano y a ese
mengano no los quiero ver por aquí”.
• Zutano proviene de citano y este, muy
posiblemente, de la palabra latina scitānus, que
significa “sabido”. No se sabe bien el porqué se añadió
a la coletilla, pero en algunas ocasiones también se
coloca en segunda posición, tras fulano.
• Perengano es una palabra más reciente y la de
menos uso de todas ellas. No se han encontrado raíces
en otras palabras antiguas y/o de otros idiomas, lo
que hace pensar que puede ser una combinación que
se realizó del apellido Pérez con la palabra mengano.
Los cuatro pueden ir en diminutivo (Fulanito,
Menganita…) y con apellido (De Tal, De Cual…), por
aquello de hacerlos más solemnes.
Estas cuatro palabras también tienen su variante
al femenino (Fulana, Mengana, Zutana y Perengana)
aunque la primera se suele utilizar para calificar
despectivamente a una mujer cuando alguien se
quiere referir a ella como prostituta: “finalmente
resultó ser una fulana”.
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