BUENO SABERLO | A Beber con Juicio

A Beber con Juicio BUENO SABERLO | A Beber con Juicio

Así pretendamos creer que sabemos tomar trago, el guayabo o resaca será inevitable.

La ciencia invierte cada año miles de millones de dólares  en investigaciones para combatir el cáncer, la alopecia, el alzheimer, la malaria y hasta el escorbuto, pero no le dedican ni un peso a la lucha contra el guayabo. No faltarán quienes crean que eso sería una sirvengüencería, pero no, en algunas personas este malestar puede ser mortal.

Se dice que lo mejor para el guayabo es la víspera, o sea no beber. Pero es inevitable no hacerlo, especialmente en estas fechas en que con fruición nos volcamos hacia las bebidas espirituosas aun a sabiendas del mal que nos traerán al día siguiente. A todo lo que tenga
alcohol le llamamos bebida espirituosa por la alteración que le causa al espíritu – desinhibe a los tímidos, hace llorar a los meros machos, nos libera de tabúes, alza
batas y suelta moños, empujándonos a romances riesgosos -, aunque el efecto posterior será la alteración del cuerpo, y muy especialmente de la cabeza.

Se creía que sólo los tragos con algo de azúcar provocaban el inefable dolor de cabeza, entonces comenzó la profusión de aguardientes light y la tendencia a preferir optar por bebidas destiladas y fi ltradas como el vodka o la ginebra, en lugar de las reposadas como el whisky y los licores de color oscuro. Pero lo que sí está bastante claro es que la resaca no la causa el azúcar en el alcohol ni la falta de hidratación. El error está en el hecho de que muchos de los síntomas coinciden con los que produce la deshidratación severa, pero su origen es muy diferente y está en unas perversas sustancias llamadas congéneres.

Estas son sustancias residuales que se generan en pequeñas cantidades durante el proceso de obtención del alcohol y son responsables del aroma y sabor característico de algunas bebidas alcohólicas. Desgraciadamente, muchas de ellas como el metanol, la histamina, el acetaldehído y algunos tipos de polifenoles son tóxicas en grandes cantidades o se metabolizan en otras que son tóxicas.

Estos benditos congéneres producen cambios a nivel endocrino y en el sistema inmune que se traducen en los característicos síntomas de la resaca: pulso tembloroso, intenso dolor de cabeza, alteración del sistema nervioso, lengua pastosa, espantosas alteraciones gástricas, sed insaciable, líbido inquieta, deseo infi nito de ser bueno y de no beber nunca más, sensación de fragilidad total, sequedad en la boca y el martilleo incesante de una vocecita interior que nos dice: te vas a morir. Por si esto fuera poco padecimiento, al guayabo físico hay que adicionarle el moral: la vergüenza por el oso hecho, el pánico de haberse excedido en el insulto al jefe, el susto de reencontrarse con la amiga con la que se excedió en requiebros insinuantes, revisar los vouchers de las tarjetas de crédito y débito, y como cereza en el postre: la insufrible cantaleta de la esposa.

A falta de investigaciones para la prevención, los estudios disponibles se limitan a los aspectos curativos soportados en testimonios de experiencias padecidas por miles de víctimas de esta epidemia decembrina. He aquí algunos tips para prevenir el guayabo:

No beber es lo ideal. Tomar dos sobres de bonfi est y dos grandes vasos de agua al acostarse. Comer dos tomates con cáscara.

Paliativos:

  • Cerveza helada (para mordedura de perro, pelos del mismo perro)
  • Una bomba (soda con dos alka seltzer, jugo de dos limones, una gota de picante y una pisca de sal).
  • Bebidas rehidratantes con mucho hielo (suero pedyalite de coco, gatorade, limonada sin azúcar).
  • Comer tres bananos (recupera el potasio perdido).
  • Ducharse al menos quince veces o meterse en una piscina.
  • Caldo de costilla + caldo de pajarilla + sopa de sancocho. Todo ello con abundante picante.
  • 500 gramos de carne asada en término 3/4 acompañada de yuca bañada en picante.
  • Ocho sesiones de diez minutos de baño turco
  • Todo el sexo que pueda (si puede).

Si luego de seguir juiciosamente estas recomendaciones no siente alivio, no hay más remedio entonces que beberse otro gran trago para enlazar la juma de ayer con la de hoy.

Eso sí, al menos procure que sea del mismo tipo de trago que bebió la noche anterior.

D.R.A.

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