Page 34 - Unicentro Contigo 120 Julio
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Fábula
      Leyenda


























                                                                                        a  historia versa  sobre
                                                                                        un niño  que junto a
                                                                                        su anciano  abuelo  se
                                                                                        encontraban embarcados
                                                                                        en un viaje que de pueblo
                                                                             Len pueblo realizaban  con
                                                                              un  viejo animal. Esta bestia,  cuyas
                                                                              fuerzas flaqueaban por su avanzada
                                                                              edad, no era, si no, un burrito que les
                                                                              acompañaría  hasta  el  final.  Puesto
                                                                              que la misión última  de  semejante
                                                                              compañía era  por  aquel  entonces
                                                                              ayudar en el transporte de cualquier
                                                                              persona o material, decide el anciano
                                                                              subirse encima  del  pequeño  burro
                                                                              para realizar el trayecto inicial.

                                                                                 Al paso por  el  primer pueblo,
                                                                              comienzan    a   oírse  numerosos
                                                                              murmullos. Entre ambos, niño y viejo,
                                                                              distinguen  entre  susurros  y voces
                                                                              numerosas críticas dirigidas  a ellos
                                                                              “¡mirad!,  pobre niño,  con lo pequeño
                                                                              que es  y ese  viejo carcamal  no  le
                                                                              deja montar”,  “que poca  vergüenza,
                                                                              que  fácil es  ir en  burro cuando ese
                                                                              pequeño  zagal  se ve forzado  a
                                                                              caminar” o “¿cómo puede ser que ese
                                                                              señor deje caminar  a ese  pequeño
                                                                              niño mientras  él,  a  su lado,  avanza
                                                                              tranquilamente en el  burro?”  Harto
                                                                              entonces de los comentarios ajenos,
                                                                              el  anciano  decide  poner  fin  a  tan
                                                                              vergonzosa situación  para él  y  le
                                                                              comenta al pequeño “¡anda hijo!, sube
                                                                              tú, que yo iré de momento andando”.

                                                                                 Así es como  prosiguen su  viaje,
                                                                              hasta un  segundo pueblo,  el  niño
                                                                              montado  en  el  burro mientras a pie,
                                                                              llevando la correa del animal, avanza


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