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Bitácora



           espíritu de una manera sorprendente   Frida se sabía bella en medio de las mexicanas.
           en  una sociedad tan conservadora  y   Hija de un alemán con una mexicana, tenía
           machista como la mexicana de aquella   un fenotipo que resaltaba
           época.    Esto  se  reflejaba  en  sus
           arengas con las que se animaba: “Pies,
           para qué los quiero si tengo alas para
           volar” se decía en su  lecho cuando
           los  dolores arreciaban haciéndole
           imposible levantarse de la cama.

             Cuatro  años  después de sufrir el
           accidente se casó con  Diego  Rivera,
           quien le llevaba 22 años, casi un metro
           de estatura  y  100  kilos de diferencia.
           Era  la  pareja  más dispareja que se
           podría  imaginar, tanto  por su  tamaño
           como por  su belleza  física. Frida  era
           muy bella  y “El Panzón”,  como  ella le
           decía, no era propiamente muy guapo.
           Pero lo que no tenía de guapo lo tenía
           de agraciado, Diego ha  sido  el pintor
           más importante que ha dado México.
                                                                                      El contraste de su belleza y su tamaño con
             Es difícil encontrar  una  pareja                                        la presencia imponente y fea de su amado
           que  se haya amado más, aunque  se                                                      Diego era muy notorio
           fueron  infieles  con  una  frecuencia  y
           una  notoriedad  pocas veces vista en
           esa sociedad pacata de hace un siglo.
           Frida tuvo amantes de la talla de León
           Trotsky (célebre ideólogo  comunista
           ruso)  y  Chavela  Vargas  (inolvidable
           estrella  del  canto),  además  de  una
           buena cantidad de  artistas,  hombres
           y  mujeres, que  frecuentaban  la Casa
           Azul, donde con Diego hacían largas y
           escandalosas fiestas.

             La Casa  Azul, convertida  hoy en
           museo que alberga no solo sus obras
           sino también el mobiliario de la época,
           como  sus  camas, muebles  y hasta la
           silla de  ruedas que  utilizó después
           de  su accidente, Frida  y  su amado
           Diego Rivera,  otro importante artista
           mexicano,  compartieron las mayores
           alegrías y desventuras.
              La cocina y el taller de pintura son
           mis lugares predilectos de la Casa Azul
           pues  conservan intactos  utensilios  y
           recuerdos de la familia, por supuesto,
           sin olvidar el hermoso jardín que Diego
           le regaló a Frida como muestra de su
           amor.

             Si aún no ha ido a  Ciudad  de
           México,  anímese  a conocerla cuando
           superemos  esta  pandemia,  es  una
           ciudad maravillosa, rica en cultura y su
           gente es sencillamente encantadora




                                                                                    León Trotsky debió ocultarse un tiempo de sus
                                                                                     enemigos en casa de Frida y Diego, sin poder
                                                                                     resistir los encantos de la hermosa mexicana


                                                                                                          Contigo
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