Page 33 - Unicentro Contigo edic.61 Agosto
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Bitácora
espíritu de una manera sorprendente Frida se sabía bella en medio de las mexicanas.
en una sociedad tan conservadora y Hija de un alemán con una mexicana, tenía
machista como la mexicana de aquella un fenotipo que resaltaba
época. Esto se reflejaba en sus
arengas con las que se animaba: “Pies,
para qué los quiero si tengo alas para
volar” se decía en su lecho cuando
los dolores arreciaban haciéndole
imposible levantarse de la cama.
Cuatro años después de sufrir el
accidente se casó con Diego Rivera,
quien le llevaba 22 años, casi un metro
de estatura y 100 kilos de diferencia.
Era la pareja más dispareja que se
podría imaginar, tanto por su tamaño
como por su belleza física. Frida era
muy bella y “El Panzón”, como ella le
decía, no era propiamente muy guapo.
Pero lo que no tenía de guapo lo tenía
de agraciado, Diego ha sido el pintor
más importante que ha dado México.
El contraste de su belleza y su tamaño con
Es difícil encontrar una pareja la presencia imponente y fea de su amado
que se haya amado más, aunque se Diego era muy notorio
fueron infieles con una frecuencia y
una notoriedad pocas veces vista en
esa sociedad pacata de hace un siglo.
Frida tuvo amantes de la talla de León
Trotsky (célebre ideólogo comunista
ruso) y Chavela Vargas (inolvidable
estrella del canto), además de una
buena cantidad de artistas, hombres
y mujeres, que frecuentaban la Casa
Azul, donde con Diego hacían largas y
escandalosas fiestas.
La Casa Azul, convertida hoy en
museo que alberga no solo sus obras
sino también el mobiliario de la época,
como sus camas, muebles y hasta la
silla de ruedas que utilizó después
de su accidente, Frida y su amado
Diego Rivera, otro importante artista
mexicano, compartieron las mayores
alegrías y desventuras.
La cocina y el taller de pintura son
mis lugares predilectos de la Casa Azul
pues conservan intactos utensilios y
recuerdos de la familia, por supuesto,
sin olvidar el hermoso jardín que Diego
le regaló a Frida como muestra de su
amor.
Si aún no ha ido a Ciudad de
México, anímese a conocerla cuando
superemos esta pandemia, es una
ciudad maravillosa, rica en cultura y su
gente es sencillamente encantadora
León Trotsky debió ocultarse un tiempo de sus
enemigos en casa de Frida y Diego, sin poder
resistir los encantos de la hermosa mexicana
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