EDITORIAL | MES DE LA MUJER

Dedicamos nuestra campaña de este mes a exaltar los valores de la mujer por considerarla el ser más importante de toda la creación. Independientemente de que sea una de ellas, lo hacemos porque las mujeres siempre han guardado y representado los mejores elementos de la cultura de cada civilización.

Hace exactamente 110 años, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, se designó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en un claro reconocimiento global a la lucha que ellas dieron por sus reivindicaciones salariales en ese entonces. Sin embargo, las luchas emprendidas por las mujeres han sido realmente admirables, como lo fue el reclamo de su derecho al voto y a la educación. No ha sido fácil, pero en todas hemos triunfado. Queda pendiente la conquista de su derecho a decidir sobre su cuerpo.

Por fortuna los avances en materia de equidad han sido enormes y quizás la mujer, habiendo superado tantas injusticias ya no tenga que seguir luchando por lo que le corresponde y pueda así, ahora y para siempre, concentrar sus maravillosas energías e inteligencia en propósitos ya no solo de elemental justicia sino de gran provecho para la humanidad más, como la construcción de una sociedad perfecta.

Por siglos se ha desaprovechado esa impresionante capacidad de trabajo, de liderazgo y de creatividad de las mujeres por andar sometidas por un absurdo machismo. Ya liberadas de tan absurdo atavismo cultural podremos dedicarnos a aquello para lo cual estamos predestinadas: gobernar el mundo y ser gestoras de los necesarios saltos sociales que la civilización necesita. 

Con las mujeres al timón de la sociedad pueden, si no desaparecer, sí al menos reducirse a su mínima expresión los dos males más grandes que nos han aquejado por décadas: la corrupción y la violencia, lo que significará la mayor ganancia posible que podamos todos obtener.

Carmen Elisa Ortiz Caselles

Gerente General

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