TENDENCIA | DEVOCIÓN PLENA

Desde fines de noviembre de cada año comienza en forma la romería. Desde todos los puntos de la geografía mexicana comienzan a desplazarse a caballo, en bicicleta en autobuses y camiones de carga miles y miles de devotos de la Virgen de Guadalupe para saludarla, orarle y pedirle sus bendiciones y favores con ocasión de su próximo cumpleaños. Se adelantan porque saben que el 12 de diciembre, día del onomástico, será imposible entrar a verla pues algo más de cinco millones de peregrinos estarán en su enorme basílica.

En todo el año un poco más de 20 millones de personas la visitan, pero el día del aniversario de su aparición la cuarta parte de ellas se da cita al norte de Ciudad de México, al pie del cerro Tepeyac, convirtiendo su iglesia en el recinto católico más visitado en el mundo después de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Los Devotos Atraviesan el Inmenso Atrio de RodillasTodo allí es sobrecogedor, convenciendo al más escéptico de que está ante una presencia realmente divina. Tiene una capacidad de 10.000 personas y ocupa un área total de 10.000 metros, con un inmenso atrio que los indígenas y campesinos mexicanos cruzan de rodillas ayudados por sus cónyuges, quienes les colocan mantas y prendas en el piso para hacer más suave la travesía. La basílica fue construida entre 1974 y 1976, la anterior dejó de usarse por la inclinación que presenta debido a los frecuentes terremotos y por aquello de “México en una laguna”.

Ya dentro del templo se siente el fervor y la devoción de los visitantes, en un ambiente de enorme respeto. En forma perfectamente ordenada avanzan en fila para subir a la banda mecánica que pasa justo debajo de la imagen y evitar así que la gente demore más de un par de minutos cerca de la Virgen para darle el chance a los demás para que también se le aproximen.

El cuadro que contiene la imagen sale unos cuantos centímetros de una especie de bóveda incrustada en laEl Sistema de Seguridad que Tiene la Imagen la Hace Invulnerable pared, está levemente inclinado hacia adelante y está rodeado de lo que parecen lingotes de oro. Cuenta con los más sofisticados sistemas de protección posibles contra incendio, terremoto, explosión nuclear o cualquier otra amenaza a su integridad. Ya en el pasado ha sido víctima de accidentes y atentados, en 1785 un trabajador derramó un potente ácido que ha debido corroer la imagen en pocos segundos, pero milagrosamente se restauró sola antes de 30 días. En 1921 un fanático enemigo de la iglesia le colocó debajo 29 barras de dinamita y las hizo explotar, Todo es Inmenso la Basílica y el Atrio que la Rodeadestrozando gran parte de la antigua basílica donde se encontraba, sin que a la virgen le hubiese pasado absolutamente nada.

La tela sobre la que aparece la imagen es de fibra de cactus, tal como se usaba cuando apareció (1531), de una textura muy tosca, pero en la parte donde aparece la imagen es de una gran suavidad y la experticia que se le ha practicado determina que la imagen no es pintada a trazos con pincel sino que fue plasmada toda al mismo instante, sus colores no provienen de elementos naturales ni sintéticos y tiene una calidad iridiscente que varía su coloración según el ángulo desde el que se le mire.

Un par de características más la hacen única: es imposible hacer una réplica de ella, famosos artistas lo han intentado, pero mientras la original se mantiene intacta, las copias al poco tiempo se echan a perder irremediablemente. Y, finalmente, sus ojos. Análisis exhaustivos con las más modernas técnicas, logrando ampliarlos más de 2.500 veces, determinan que guardan en su retina la imagen que ella vio cuando Juan Diego – el indígena que la encontró – presentó la tela ante el arzobispo Zumárraga y quienes le acompañaban: trece personas en total.

Deja tu Comentario

Your email address will not be published.