¿Conoce su otro yo?

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Nunca se ha leído un libro de Napoleon Hill? Más le vale que se apresure a hacerlo, algo positivo, útil y práctico sacará de ellos. Nacido en 1883 en Virginia, Hill es considerado como el mejor escritor estadounidense de libros de superación personal. Cuando sólo tenía diez años quedó huérfano de madre, hecho que le marcó profundamente convirtiéndole en un niño rebelde y odioso. Dos años después, su padre volvió casarse y al hablarle a su madrastra de lo revoltoso que era, ella le dijo que quizás se debía a que era el muchacho más inteligente del mundo y simplemente no sabía qué hacer con su inteligencia. El niño escuchó esa conversación y su vida cambió para siempre.

A los 13 años empezó a escribir para pequeños periódicos de los pueblos vecinos. Con sus ganancias  se matriculó para estudiar derecho, pero tuvo que retirarse por motivos económicos. En 1908 fue enviado  a entrevistar Andrew Carnegie, un inmigrante escocés que era uno de los hombres más ricos del mundo y creía que el éxito se podría implementar en una fórmula y ser utilizada por cualquier persona. Carnegie quedó impresionado con Napoleón y le contrató para entrevistar a más de 500 personas exitosas de todo el mundo para descubrir y publicar la fórmula del éxito.

conoce_su_otro_yoCon este jugoso contrato en mano se dedicó por cerca de 25 años a investigar el tema. La fórmula fue publicada originalmente en el libro Laws of success. De 1933 a 1936 Hill se convirtió en asistente del presidente Franklin Roosevelt. En 1937 publicó “Piense y hágase rico”, considerado el primer y mejor libro norteamericano de autoayuda.

En su obra afirma que la mayoría de exitosos vienen de un mundo de fracasos y que el auténtico cambio en sus vidas les llegó cuando estando en medio de una crisis tuvieron la feliz oportunidad de conocer a “su otro yo”, que es esa enorme capacidad cerebral que tenemos ignorada, inconsulta, desconocida, y que es una fuente inagotable de imaginación creativa, de genialidad pura, y que ya la poseemos, no es necesario ir a adquirirla a Harvard, a Berkeley o a Los Andes.

Pero la única manera en que esa poderosa máquina de creación de riqueza funciona es usando en ella la única energía que le es compatible: la creencia. El estado mental debe ser creencia y no de simple deseo o esperanza. La fe en uno mismo es el jefe químico dela mente. La fe, el amor y el sexo nos prodigan las más poderosas de todas las principales emociones positivas. Cuando se mezclan las tres producen el efecto mágico de colorear el pensamiento, de tal forma que este llega a nuestra mente subconsciente, donde habita la inteligencia infinita. Por eso al “otro yo” solo llegamos a través del subconsciente con meditación profunda (nada de religión ni consumo de alucinógenos). Como cosa curiosa muchos de los hombres exitosos consultados para la investigación contaron que sus mejores ideas de negocios las habían tenido en
medio de una agitada y memorable actividad sexual, por eso a la hora que fuese llamaban por teléfono a sus secretarias y ejecutivos a dictarles las instrucciones pertinentes.

Próximamente estaremos informando de un corto seminario para aprender a llegar en forma práctica a nuestro “otro yo”. Escríbanos al correo de esta revista (revista@unicentrocucuta.com) y haga su preinscripción.

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