SICOLOGÍA | Nomofobia

Nomofobia SicologiaPor alguna razón bien particular me encontré sin mi smartphone por 15 días. Debo admitir que no fue nada fácil esa experiencia, en todo restaurante, reunión, paseo, invitación social, inclusive en mi propio hogar se me hacía desesperante interactuar con una especie de zombies que no despegaban sus ojos del celular. Inevitablemente entré en el círculo vicioso de criticar a cada persona que tenía un celular en la mano, procurando llamar la atención de cualquier forma para que interactuaran conmigo, empecé a sentirme irritado con las personas que se la pasaban literalmente “pegados” al celular y en buen modo me sentí aislado por la falta de interacción con los que me rodeaban; así qué como psicólogo empecé a investigar mis comportamientos y después de una corta averiguación llegué a la conclusión de que sufría de NOMOFOBIA.

Nomofobia no es una palabra que usted vaya a encontrar en el diccionario de su casa – su uso empezó a darse a mediados del 2010 – y signiifica miedo irracional a no tener su celular consigo mismo, ocasionándole altos niveles de ansiedad. Es la abreviatura de “nomobile- phone—phobia”, expresión inglesa que traduce fobia a no tener celular.

Sentir altos niveles de ansiedad y de aburrimiento por no estar conectado a un celular conllevó a me empezara a cuestionar por qué tenía esa sensación y esas conductas, y encontré que mi Juan Bernardo Uribesintomatología era igual a la de un adicto: consideraba mi smartphone algo indispensable, tanto así que no toleraba la idea de prescindir de él.

Investigando sobre la Nomofobia pude extraer estadísticas interesantesy preocupantes al mismo tiempo. Por ejemplo, una persona puede llegar a revisar su celular algo más de cien veces al día, y el solo hecho de quedarse sin batería puede ocasionar niveles de estrés muy altos o puede experimentar algo que los expertos denominan Vibración Fantasma o Llamada Fantasma, que es la sensación de que el móvil vibra o suena cuando en realidad no lo hace, lo cual es propio de una sociedad que tiende a mantenerse hiper vigilante.

Esta experimento de no tener un móvil junto a mí durante un buen tiempo me enseñó y sirvió para reencontrarme con muchas cosas, que por mecánicas y habituales olvidamos disfrutarlas; por ejemplo, al no tener el celular conmigo durante tanto tiempo, mi productividad laboral aumentó debido a que no tenía mi principal distractor (whatsapp); disfrutaba más cada alimento, los sabores de las comidas eran más agudos, ponía más atención en las conversaciones y, así les suene extraño, sentí como si mi memoria volviera a funcionar al obligarla a almacenar los datos en mi cabeza y no en mi celular, ya no tenia en mis manos cargadores para el carro u oficina, ni mucho menos sentía “vibraciones fantasmas” en mi bolsillo, y disfrutaba de una buena caminata mientras observaba a la mayoría de mi alrededor “pegados” a su celular, sin levantar la cabeza.

Aprendí que la tecnología nos puede unir, pero al mismo tiempo genera grandes distancias, y siempre  será más ameno y agradable tener una conversación con la persona que tenemos al frente que con alguien tras una pequeña pantallita. Debemos racionalizar su uso para disfrutar de la  familia, de la pareja, de un buen paisaje, un café bien charladito en Unicentro.

Mejor dicho DESCONÉCTESE cada vez que pueda.

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